domingo, 8 de mayo de 2011

Deficit de algo de eso

La verdad es que ahora que lo pienso siempre tuve ese deseo. Me encantaría, me entusiasmaría, ser una de ellas. Si, una de esas chicas que están bien cuando todo va mal, de las que son capaces de ver el sol en mitad de la tormenta, de las que son capaces de levantarse del suelo un millón de veces si hace falta, de las fuertes, de esas que no se dejan agobiar fácilmente, de las que apenas se preocupan ni se obsesionan con tonterías. Tiene su gracia el hecho de que yo siempre pensé que era una de ellas, que era capaz de hacer sonar mis tacones por encima de la música de los bares, de que era única e incomparable. Es triste que todavía me dé cuenta ahora de que no era así. Ellas son como un diamante pulido, brillante, fuerte y nada es capaz de rallar su superficie ni su interior, yo, sin embargo, soy más bien como un vaso de agua en el que se van acumulando lágrimas y llega un instante en el que se rompe, se derrama con la última gota; y si hay pocas, siempre he sido de los vasos medio vacíos.  Soy débil, con déficit de autoestima y superávit de hipocresía para hacer creer que estoy genial, que estoy perfecta cuando todo va mal.


4 comentarios:

  1. Y es que, ¿a quién no le gustaría ser esa clase de chica?
    Me encantó, te sigo :)
    Un abrazo grande

    ResponderEliminar
  2. Me gusta.. te sigo :)
    http://picateunpollo.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  3. Me encanta!!
    Lo peor es cuando esas chicas son tus amigas (tus mejores amigas)... y ellas van por el mundo rompiendo esquemas, y vos quedas atras sin saber que hacer ni decir, medio perdida, sintiendote mal por no poder ser tan asi :(

    ResponderEliminar