sábado, 25 de junio de 2011

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Siempre me había imaginado así. Envuelta entre el humo de los cigarros y el ruido de las hojas al pasar. Hundida, acurrucada en mi misma en el sillón de la esquina, en el vértice de mi mundo. Pensando, sin pensar. Acostumbrada a decir bien cuando todo va mal. Envuelta en el olor a café de la habitación. Atada al miedo y la ansiedad. Mirándote. Escuchándote. Enamorada del susurro que se colaba entre mi pelo.







jueves, 16 de junio de 2011

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Es, sin duda, lo más sensato, lo más  pasional y lo más real que he escrito en mi vida. Es mi mente y mi puslo. Un cosquilleo en el estómago me retuerce por dentro. Ya se vacían mis palabras. Me desvanezco. Y esto ya no me hace ningún efecto.

miércoles, 8 de junio de 2011

Más extraño que la ficción

  En ocasiones, cuando nos perdemos en el miedo y la desesperación, en la rutina, en la constancia, en la desilusión y la tragedia, habría que dar gracias a dios por las galletas glaseadas de Bavaria y, afortunadamente, incluso cuando no hay galletas, aún nos puede reconfortar la caricia de una mano conocida acariciándonos, o un gesto amable cariñoso, o un apoyo sutil para respirar la vida, o un abrazo tierno o unas palabras de consuelo, y no olvidemos las camillas de hospital y los tapones para la nariz, y la repostería que sobra y los secretos susurrados y las Fender Stratocaster y tal vez alguna que otra novela y hay que tener en cuenta que todas estas cosas, los matices, las anomalías, las sutilezas que creemos que no son más que complementos en nuestras vidas, de hecho estan presentes por una causa mucho mayor y más noble, estan para salvarnos la vida. Sé que la idea resulta extraña, pero también sé que es la pura verdad.


lunes, 6 de junio de 2011

Perdidas de tiempo




Es una duda que me invade, un miedo que detiene mi pulso y me enfría la sangre, un vacío imposible de vaciarse. Es lo de siempre, es el miedo lo que viene conmigo a todas partes. Un nudo en el estómago que me produce ganas de vomitar palabras repugnantes, me revuelve las tripas y colapsa o hace trizas mi universo. No puedo respirar. Yo ficha negra de ajedrez, y como siempre él mueve primero. Me sentía bien el Sábado a las 4 de la madrugada, es el subconsciente lo que nunca me falla y ojalara se estropeara. No quiero pensar, ni planear, ni elegir, quiero vivir y todavía no sé como hacerlo. Esta ahí, acecha tras mis ojos, en mi mente, todo aquello que rompe mi burbuja. Debería irme, un vuelo a la nada mismamente me sirve, no pido mucho. Renovarse o morir, creo que tengo que cambiar.
Es el puto tic-tac de ese segundero que me esta volviendo loca.

viernes, 3 de junio de 2011

Isla

Yo soy y siempre fui una isla. Una isla perdida en algún océano donde los inviernos son muy cálidos y los veranos muy fríos. Una isla sin luz, sin faro. Una isla rodeada de rocas que hunden barcos y hacen que nadie pueda llegar a ella. Una isla que aún está por descubrir y no se quien lo hará. Sola, totalmente sola. Una isla con un ecosistema imperfecto, lleno de altos árboles que no dejan ver su interior; el centro de todo, con ese profundo lago, rodeado de flores de colores chillones y el campo lleno de margaritas, quien diría que entre tanta mala hierba hay eso.  Que me vas a decir tú de estas mariconadas que se me ocurren, de desconexiones globales,  de paredes que oprimen la moral y las costillas, de sabanas que parecen un caparazón, de copas de ginebra que ahogan barcos y penas, de vasos que se desparraman, de vacíos en el pecho, de suicidios domingueros y de sueños que se apagan.

Yo soy isla, y seré pájaro. Y cuando vuele lo hare alto. Y lo haré con alas.

Hoy hace mal tiempo en la isla, hoy llueve. Creo que son lágrimas.